Ellos
Llevo semanas, y probablemente meses, consumida por una tristeza profunda. Un sentimiento durísimo que no me deja ni un minuto al día, lo que conlleva a que en muchas más ocasiones de las que me gustaría admitir, tenga que disimularlo para que las personas que me ven diariamente no cambien el concepto que tienen de mi, ni de mi forma de ser habitual, aunque pasada. Siempre he sido una persona que, por muchas malas rachas que viniesen, estando en buena compañía, era capaz de olvidar y de sentirse siempre un poco más viva sin necesidad de poner demasiado empeño en ello. Hoy en día, podría decirse que ese cambio ha sido uno de los más trágicos en mi. Ahora, en la mayoría de las situaciones que me implican, acarrean un esfuerzo sobrehumano en reír a carcajadas cuando dicha situación realmente lo merece. La bondad me ha sobrepasado cruzando límites inimaginables. Inconscientemente me veo atenta en exceso con familia, amigos y demás personas de cierta relevancia en mi vida: siento l